(falso o realidad )
Entendemos que un juego de plataformas es aquél en el que, para cumplir su objetivo primario, se requiere desplazarse entre una serie de niveles seccionados ya sea corriendo, escalando, o saltando.
Deja que un niño juegue cerca de una escalera y —tarde o temprano— lo tendrás saltando desde cierta altura. En la medida de sus capacidades, lo verás efectuando saltos entre escalones, involucrando obstáculos e implementando todo tipo de reglas (al menos en su cabeza) ante los ojos aterrorizados de sus padres. Incluso si se trata de un infante que apenas avanza a cuatro extremidades, la conquista de aquella construcción, escalón por escalón, se vuelve una actividad hacia la cual existe una atracción natural, desde mucho antes de poder pensar siquiera en una justificación.
El trepar, escalar y saltar, está en nosotros desde muy temprano en nuestras vidas, como un ejercicio para las capacidades de movimiento de las que —naturalmente y en teoría— somos capaces. (Algunos dirían que se debe al parentesco de nuestra especie con los monos, aunque no será el caso aquí; ni siquiera me molestaré en investigar al respecto, pues seguramente ya hay algún estudio de alguna universidad —en no sé donde— que demuestra algo por el estilo.) De igual manera, el aprovechamiento de estas acciones mecánicas ha estado presente desde los inicios de los videojuegos.
Antes de tener libertad de movimiento, más habilidades, y escenas en un mapa, los juegos de plataformas solían desarrollarse en pantallas únicas.
Por la definición popularmente aceptada, entendemos que un juego de plataformas es aquél en el que, para cumplir su objetivo primario, se requiere desplazarse entre una serie de niveles seccionados ya sea corriendo, escalando, saltando, o mediante el uso de cualquier otro tipo de locomoción.
Lo anterior, por supuesto, no resulta ni tan definitivo ni tan sencillo; y más si tomamos a consideración que existen otros géneros (reconocidos como tales) que tienen características similares, como el de “aventura” o el “climbing”. La aventura se caracteriza por establecer objetivos que requieren de más de un tipo de acción primaria para ser completados; generalmente dan al jugador cierta libertad de exploración del mundo en el que toman parte. El climbing, en cambio, limita el avance entre secciones del juego, obligándote a (como su nombre lo indica) escalar o descender, no importando si el juego cuenta con la opción de saltar, pues también podría funcionar mediante escaleras, cuerdas o elevadores.
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